martes, 28 de octubre de 2014

Revista de la educación superior.

Introducción

No es fácil hablar de  una educación igualitaria en nuestro país, menos cuando llegamos a entender que aquella no se encuentra protegida constitucionalmente como un derecho para ser reclamado. Así es como la educación se va tornando algo compleja y van apareciendo ciertos aspectos que nos indican la falta de potencia y desarrollo en la herramienta que nos puede entregar una mejor calidad de vida al pasar el tiempo.

Se observa en el caso del acceso a la educación superior en jóvenes de escasos recursos, tema que tratará el presente trabajo, una amplia barrera para poder estos ingresar a una educación de calidad. Cuando hablamos de tal calidad, nos referimos a las universidades del Cruch y las adscritas a su sistema de admisión. ¿Pero qué rol juega este organismo? Dice relación con velar por la excelencia de la educación superior. A consecuencia de esto, el hecho de entrar a una de estas universidades se estará garantizando de cierta forma una buena educación.
La barrera que presenta el caso anterior mencionado se puede descifrar de la siguiente manera, si es de tal forma cómo podemos ingresar a una buena educación superior, para los jóvenes de escasos recursos no es así. Este problema comienza en su etapa medular, esta es la educación básica y media. 

Al no poder ingresar a colegios con excelencia académica certificada, colegios privados de primera clase, u otros que permiten conseguir un alto aprendizaje y por lo tanto rendir una buena prueba de selección universitaria, muchos jóvenes no podrán ser parte de esta competencia por entrar a las universidades tradicionales y poder conseguir los beneficios otorgados por el estado a alumnos destacados. Su nivel de ingreso muchas veces no permite acceder a mejores colegios que permitan esta gran oportunidad. En este sentido el estado juega un papel importante a la hora de invertir en educación pública y  poder otorgar mejores recursos a los colegios e incentivar una educación de calidad, para así tratar de equiparar esta desigualdad que encontramos hoy en día en nuestro sistema de educación.


Para poder hacernos una idea podemos decir que a pesar de todo Chile ha logrado medianamente superar la barrera que obstaculiza el acceso a la educación, así es como la UNESCO habla sobre el contexto del acceso a la educación superior en chile, y expone los siguientes resultados: cada día más chilenos acceden a la educación superior. Si en 1990, sólo un 14% de los jóvenes entre 18 y 24 años se encontraba estudiando en alguna institución de educación superior, hoy en día es un 51%.







Micro documental de la Unesco sobre el contexto y acceso a la educación superior en Chile. http://www.educacion2020.cl/ Consultado Septiembre, 16, 2014, de http://www.educacion2020.cl/noticia/equidad-en-el-acceso-la-educacion-superior

martes, 21 de octubre de 2014

Desde un punto de vista histórico...


Citando un artículo realizado por el Observatorio Chileno de Políticas Educativas (OPECH) y el Centro de Estudios Sociales Construcción Crítica (CESCC), ambos de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, expondremos un análisis más profundo y certero que demuestra en
números y cifras el problema de la 
desigualdad en la educación.


[1]Es un hecho que la educación superior en Chile se ha expandido y masificado: en 50 años la matrícula aumentó 30 veces, es decir, de 20.000 alumnos matriculados en instituciones de educación superior para 1957, en 2006 esta cifra aumenta a 651.000 alumnos (CNAP, 2007). Este proceso se inicia en los ‘60 a partir de una mayor demanda de mano de obra calificada por parte del estado, proceso que se intensificará a partir de 1967 gracias a la duplicación del financiamiento público en educación. No obstante, esta alza cambia de rumbo a partir de 1974, cuando con la dictadura militar el gasto público en educación se reduce bruscamente, llegando a disminuir en un 35% en 1981 a partir de las reformas de privatización. Con esto, el estado asumió un rol subsidiario y dejó que el mercado controlara la oferta (instituciones, carreras, etc.) y la demanda educacional (posibles alumnos), con lo cual las universidades debieron buscar fuentes alternativas de financiamiento, fomentándose así la creación de universidades privadas y nuevas instituciones no universitarias de educación superior (Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica).




De este modo, las políticas implementadas en la década del ’80 marcan el inicio de procesos de profunda privatización que constituirán al sistema de educación superior en un mercado, cuyas características principales son la ausencia de cualquier regulación externa, la competencia y la liberalización de la oferta y de la demanda (Brunner y Uribe, 2007). La consecuencia directa de la conformación de este mercado es la masificación y expansión del sistema de educación superior desde el sector privado mayoritariamente, procesos que no se detienen al terminar la dictadura, sino que más bien se consolidan, ello pese a que el gasto público en educación durante los gobiernos de la Concertación aumentó en un 140% entre 1990 y 2006. Si bien esto es un hito sin precedentes, un estudio detallado del fenómeno arroja algunas características sumamente problemáticas que le acompañan: se trata de una expansión altamente segmentada en cuanto al tipo de instituciones (ver gráfico 1), pero sobre todo respecto al nivel socioeconómico de quienes acceden a la educación superior. En efecto, hacia el año 2003, sólo el 14,5% de los jóvenes del primer quintil (el más pobre) accedían a la educación superior, versus el 73,7% que lo hacía perteneciendo al quinto quintil, correspondiente al grupo más rico del país (Kremerman, 2007).

Acceso a la educación superior: el mérito y la (RE) producción de la desigualdad.
http://www.opech.cl/ Consultado Septiembre, 16, 2014, de http://www.opech.cl/inv/analisis/acceso.pdf



[1]La condición de inequidad es tan flagrante que el año 2003 se alcanzó una diferencia de 4,6 veces entre los estudiantes del quintil 1 y el 5, en el ingreso a la Universidad (Ibid). En otras palabras, por cada estudiante de bajos recursos que con esfuerzos excepcionales logra acceder a la educación superior, cinco estudiantes de los sectores más acomodados, ingresan a la Universidad sin mayores problemas. Esto mismo destaca la OCDE, en su informe acerca de la educación superior en Chile (2009) cuando señala que “los alumnos de escuelas municipalizadas y familias más pobres tienen mucho menos posibilidades de aprobar la PSU que los de colegios privados y familias más ricas. Si la aprueban, es menos probable que logren los puntajes más altos que les permite tener acceso a los programas de apoyo financiero y a las mejores universidades”. Según el informe de la OCDE citado, algunas de las principales razones son: la desigualdad económica que se reproduce en la educación; la incapacidad de pasar el currículum completo por parte de la educación pública (lo que se manifiesta en que la diferencia en la PSU ha crecido respecto a la PAA); y el papel que cumplen los preuniversitarios en “preparar” a los estudiantes de mayores ingresos.


Ingreso a la educación superior desde su punto de vista.



Problema en profundidad





Después de analizar desde un punto histórico este problema de la educación, es necesario ir analizando otros aspectos para comprender el foco de este trabajo y saber cuáles son las barreras finalmente que provocan la desigualdad. Es menester tener en cuenta que los mecanismos que proporciona el Cruch para la selección universitaria son: la PSU, el NEM y el RANKING de notas. Estos son fuertemente cuestionados a la hora de decir que [1]son instrumentos de selección de buena calidad, que lograrán identificar a los alumnos por sus talentos y virtudes y no por sus niveles socioeconómicos. Tal como lo expresa un artículo en el “La Tercera”, del cual a continuación extraeremos una parte importante de su argumentación.




[1]¿Cumplen con este requisito los instrumentos diseñados por el Cruch? Lamentablemente, no. Este ha definido tres instrumentos para seleccionar a los alumnos: PSU, NEM y Ranking, y todos ellos tienen sesgo socioeconómico. La Prueba de Selección Universitaria (PSU) tiene múltiples falencias en su diseño, construcción, validación y aplicación. Una de las falencias es que se construye sobre el currículum científico-humanista, perjudicando a los alumnos que siguen la formación técnico-profesional; otra es que tiene un sesgo socioeconómico por sobre lo tolerado en cualquier prueba internacional de este tipo. Por otra parte, las notas de enseñanza media (NEM) también tienen un sesgo a favor de los colegios particulares pagados (mientras estos últimos tienen un promedio NEM de 5,9, los liceos públicos tienen un promedio NEM de 5,4).
Este sesgo es muy fácil de eliminar, bastaría con corregir las notas por la desviación estándar. Por último, la fórmula de ranking también presenta el mismo sesgo. Esto se debe a que en vez de implementar un ranking, donde se considera la posición relativa del alumno, se implementó una bonificación a las NEM. Así, dos alumnos con la misma posición relativa y con el mismo promedio de notas pueden obtener puntajes diferentes. Por ejemplo, un alumno en el percentil 10 de mejor desempeño del Colegio Cumbres obtiene un puntaje ranking de 796 puntos, mientras que un alumno con igual ranking del Centro Educacional Baldomero Lillo obtiene un puntaje de 669 puntos. En promedio, los alumnos de liceos públicos obtienen 50 puntos menos que los de colegios particulares pagados.



Es verdad que nuestro país es muy desigual y ello repercute en el rendimiento de los alumnos; y es evidente que no podemos pedirles a los instrumentos para seleccionar a los alumnos de educación superior que borren las diferencias que produce la cuna y que la educación escolar no ha logrado reducir, pero tampoco podemos aceptar que las incrementen.
Eyzaguirre, S. & Ochoa, F (2014, septiembre 15). “Cruch y sistema de selección”. La Tercera.
Volviendo a citar nuevamente el artículo deOPECH y CESCC seguimos comprobando que esta desigualdad se ve reflejada en este mecanismo tan importante como lo es la PSU.
[2]La situación de desigualdad evidenciada en el sistema de educación superior tiene gran parte de su fundamento en barreras estructurales de acceso, donde la Prueba de Selección Universitaria (PSU) se constituye como una de las más relevantes: en general, la proporción de estudiantes de establecimientos municipales que se matricula en instituciones universitarias es muy baja en comparación a los privados (ver gráfico 2), lo que se asocia al mal rendimiento que los primeros tienen en la PSU, rendimiento que sería aún peor si se descontaran del total a los liceos “emblemáticos”.




[1]  http://www.latercera.com/noticia/opinion/ideas-y-debates/2014/09/895-595896-9-cruch-y-sistema-de-seleccion.shtml



Criticas a la PRUEBA DE SELECCION UNIVERSITARIA.





En conclusión ...





A lo que se quiere apuntar en este trabajo es acerca de la dificultad que tienen las personas para ingresar a la educación según la situación socio-económica en que se desenvuelvan.


El ingreso a ésta es complicado debido a los antecedentes expuestos anteriormente, pero ¿Cómo arreglar este problema?, ¿Qué solución o qué medidas implementar para disminuir inmediatamente la brecha de desigualdad para el acceso a la educación?


El Cruch utiliza como métodos para evaluar el acceso a las universidades incorporadas en este el NEM, el Ranking de notas y el puntaje de la PSU, métodos muy cuestionados por los estudiantes, ya que, por ejemplo, con el ranking los alumnos que tengan las mismas notas en enseñanza media (NEM) pero sean de sectores socio-económicos diferentes, sus puntajes serán distintos, debido a que en los sectores vulnerables, en donde prevalece la educación pública por sobre la privada el promedio de notas es menor, entonces hay menos acceso a la educación y menos incentivo para ingresar a esta por la falta de inversión, de becas, créditos, etc.





La pregunta es ¿Serán lo suficientemente efectivos estos métodos para la selección universitaria? ¿Podrá el Cruch implementar nuevas medidas de selección? Lo claro es que las medidas actuales no son lo suficientemente efectivas. Pero esto no es solo un problema de las universidades, sino también, del Estado en sus políticas públicas de educación. El Estado debería intervenir en estos instrumentos adoptados por el Cruch para prevalecer el interés de los estudiantes y no de las universidades.


Una de las soluciones más esperadas y solicitadas es la inversión de más fondos públicos a la educación tanto para crear nuevos establecimientos y/o mejorarlos, más motivación y especialización a aquellos que optan a la carrera de pedagogía, también fortalecer bibliotecas escolares para mejor acceso a la información, así mismo el aprendizaje del inglés tanto para alumnos como profesores.




Es urgente una solución a este problema, ya que, la educación es un derecho de todos y lo que se espera es que se entregue de manera igualitaria y de calidad, que las universidades no actúen como “coladores” para el bien de los estudiantes, para su realización como personas y profesionales y para el país. Hoy en día se encuentra en tramitación la reforma de ley de la educación, que esperemos sea fructífera y beneficie a todos las personas por igual, pero aun así necesitamos medidas de corto plazo para reducir la desigualdad en el acceso a la educación superior, con esto

¿Tendrá el Cruch la suficiente motivación para implementar nuevas medidas de selección o afectara a sus intereses individuales?


Marchas pidiendo el FIN AL LUCRO Y EL COPAGO.